La Patata soldado. “SI,
Señor”, “A sus órdenes, Señor”, “Que le den……. Señor”.
Menudo fregao.
A Pat le prometieron
aventuras, luchas, batallas, valerosos guerreros enfrentados por la conquista
de la tierra prometida, gloria, honor, ejércitos poderosos. Todos sus ojos se
abrieron como platos al escuchar las palabras que seguían a un “Hola” repentino
y casual.
-Puedes ser una heroína, aguerrida amazona que sin cuartel,
conquista los emplazamientos del enemigo para mayor gloria de su tribu.
Una Patata amazona, una
patata guerrera, conquistadora de mundos, sanguinaria y letal, justiciera, pueblos
enteros, naciones enteras, un imperio, incluso, quien sabe, pueden existir
caballeros audaces a los que las patatas encandilen … (Despierta Pat, la
solanina, ya sabes, te está dando el sol demasiado).
A Pat le encantó la idea,
le entusiasmó en realidad, leyó el manual con avidez y se preparó de inmediato
para la organización del poderoso ejército que la llevaría a la gloria, pero
sentada ahora en un tugurio de mala muerte, llamado La Taberna, bebiendo sola
una pinta de cerveza, la idea de su heroína valerosa poco a poco se disipa.
Pat es ahora un simple
recluta, cumple el servicio militar, a las órdenes de un individuo que parece
tener poco que mandar y utiliza este universo para desfogar sus anhelos no
cumplidos. Reprimido, oprimido que no sabe negarse en la vida, convertido aquí en
el tirano que tanto le gustaría llegar a ser. Gobierna una tribu que fundó en
su día para vanagloria y complacencia de su ego, llamémosle súper ego, y que
escondido tras las buenas palabras y discursos baratos oculta aires de grandeza
e incluso visos de beato predicador televisivo. Todo son órdenes, cumplir a
rajatabla lo dictado por una mente mal pensante, sin preguntas, solo
actuaciones ante enemigos temibles que acechan y atacan al fundador, al líder,
y que deben ser masacrados sin piedad.
Pero Pat es díscola y
también contestona, no acepta bien desempeñar los mandatos sin explicación, además
de hacer preguntas indebidas como los porqués de tantos ataques y eso, en el
ejército de este telepredicador, no es un comportamiento muy adecuado. Los
avisos son constantes y los castigos van llegando, con el consecuente escaso
progreso, apenas un par de soldados en sus filas que vagan de un lugar a otro
sin saber muy bien qué hacer y dos pequeñas aldeas en las que las reformas son
necesarias de inmediato, pues hasta los tejados del ayuntamiento se caen.
Si cumples, asciendes, si
no cumples, eres Pat.
Pat contempla la
posibilidad de largarse, al fin y al cabo nadie se lo impide, pero que narices,
tras los mandatos y el tugurio indecente todo un mundo se abre ante ella,
repleto de aventuras, exploraciones y batallas, tierras lejanas para
conquistar, continentes repletos de llanuras en las que cabalgar y por
supuesto, otros reclutas que como ella, beben solitarios pintas de cerveza en
una Taberna.
La taberna. Un lugar de
reposo, donde los guerreros descansan y conversan animados sobre lo que les
place y como les place, donde la música se dispara, donde las risas resuenan,
donde se juega, donde la diversión esté a la orden del día….
-Esta taberna…… debería
cambiar de aires.
La historia se repite, el
universo cibernético y sus parecidos mundos, el patio de colegio, los matones,
y quizás….. una nueva mini pandi. Pero ahora, no estamos en el cole, entramos
en el instituto, las hormonas están desfogadas, caballeros errantes,
comandantes rudos, amazonas díscolas, sastrecillas valientes, espadas, sables,
y un telepredicador al que quitarle su máscara.
Continua
Continua
¿Qué cómo cuándo? ¡Ahora resulta que las patatas me van a comer a mí! Ya veremos...
ResponderEliminarlas patatas se vuelven peligrosas chan chan chan chan, tiembla
Eliminarque no das seales de vidaaa, vuelveeeee
ResponderEliminarViva estoyyyyyyyyyyyyyy
EliminarDruuna que pasa piensas volver soy xjocinx!!!!!!! ahí que ver :)
ResponderEliminarNo lo creo, pero ya sabeis que aqui, siempre podeis encontrarme
Eliminar