Quería regalarte el casco de Darth Vader, para que te lo pusieras mientras me hablabas con voz metálica haciendo ruiditos extraños, sin embargo, llegó el día de tu cumpleaños y pasó como tantos otros sin encontrarte.
Dejo que mis pensamientos vaguen hasta cuando eras algo tangible, rememorando, repasando, asumiendo las realidades que poco tenían que ver con las ilusiones, pero entonces no sabía que eras como Darth Vader, aunque siempre te gustara vestir de negro.
Podría regalarte muchas cosas, se me ocurren infinitas, me resulta tan sencillo, pero nunca estarás para recibirlas, porque eres como Darth Vader, desapareciste dentro de una máquina.
A veces sueño que soy la Estrella de la Muerte y llevo a Darth Vader en mi interior, mientras surcamos el espacio hacia la conquista de planetas inexistentes.
Aun con su parte metalica, Darth Vader tambien tenia su corazoncito y seguro que aun adora a su Amidala
ResponderEliminarAdorar?, extraña palabra para alguien como Darth Vader. Pobre Amidala, nunca lo supo.
Eliminaradoracion si pero sin misticismos
ResponderEliminarSiento discrepar Anonimo pero la vida de Darth Vader está repleta de misticismo, piense sino en todos esos jedis monjes de clausara.
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