viernes, 22 de marzo de 2013

Serpientes de Agua




Está acostumbrada a derramar lágrimas, pero ahora sabe lo difícil que resulta tragárselas, cuando el que llama a la puerta es un dolor que quiere permanecer oculto.
Llora, evitando la mirada de ojos ajenos. Lamentos invisibles impregnados de aromas con sentimientos, escapando de los reproches, las explicaciones y los sermones colmados de baratos consejos, haciendo del sufrimiento algo íntimo y privado, propiedad de una voluntad que decide cuando, como y en qué medida padecerlo.
Y así, hasta ahogarse, muy poco a poco, en un mar interior repleto de agua salada, cosecha propia de sollozos silenciosos.

...Y en la oscura extensión río abajo
como un audaz vidente en trance,
contemplando su infortunio
con turbado semblante
miró hacia Camelot.
Y al final del día
la amarra soltó, dejándose llevar;
la corriente lejos arrastró
a la Dama de Shalott......
The Lady of Shalott (Alfred Tennyson)

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