Vol VIII
Vol IX
Vol X
Vol IX
Vol X
¿Patata de
siembra, Gurú del sexo o…… simplemente Pat?
Nuestra Pat ha
sido censurada. Parece que sus alusiones a ciertas partes corporales, no han
hecho mucha gracia, y más que las alusiones, las intenciones para con ellas o
las utilizaciones de las mismas. La sección de frutas y hortalizas de la
taberna, en la que Pata Chula y la Sastrecilla Valiente, fantaseaban con las
verdes verduritas y las sensuales formas de los nabos y plátanos, ha sido clausurada sin ningún tipo de
contemplación. A pesar, de la gran afluencia de público y la diversión que esta
provocaba.
¡Pobres
soldaditos!, disfrutando de su descanso en las picantes praderas de la taberna,
contando sin tapujos sus experiencias, para que de la noche a la mañana, sus
aportaciones, hayan pasado a engrosar las filas de una papelera de reciclaje (¡Así
le reviente al dueño de la papelera!). Quizás Pat no se ha dado cuenta y ha
realizado un viaje en el tiempo, teletransportándose a un pasado un poquito
lejano en el que creía estas cosas existían. Si, será eso, el presente/futuro
no puede pintar así.
La sencilla Patatita cree que todo se reduce a una simple ostentación de poder, un
castigo hacia aquellos que sobresalen sin intención, combinado con el miedo que
provoca la pérdida del protagonismo y expectación que antiguamente suscitaba.
¿Qué de quien
hablamos?. Es evidente, del telepredicador televisivo, el dictador, el supuesto
creador del lugar, fundador de un ejército de soldados solamente vivos para su
uso y disfrute personal, el líder que con tanto ahínco ha cuidado de su rebaño,
para que una panda de degenerados aparezca, y se los lleve por el camino de la
perdición.
Qué triste. Pat
se sumerge en los mundos cibernéticos, mundos novedosos y variopintos, para
encontrarse con las mismas tonterías que pueblan la tierra, matones de patios
de colegio con mentes chiquititas, en las que no hay cabida para las personas
que gustan de su mismo sexo, y telepredicadores oscuros que utilizan los
argumentos más incoherentes para justificar sus represiones.
Absurdo piensa
Pat, improcedente argumentar la censura basándose en la libertad de un lugar,
abierto al público en general, utilizando demagogias baratas apoyadas en lo que
pueden escuchar/leer las pequeñas patatitas de siembra. Palabras como “abierto”
no casan con términos como “censura”. Teta, consolador, polla o 69, se han
convertido de pronto en demonios del averno.
Queridos
amigos, para las patatitas de siembra esto ha quedado ya obsoleto. Totalmente ilógico,
si recordamos además, que este mundo, al que Pat llegó tras correr aventuras
con una mini pandi paranormal, está plagado de luchas, conquistas, destrozos y
guerra. La famosa “doble moralidad”.
Qué pena, piensa
Paty, es mejor que lleven una pistola, cibernéticamente hablando, a que sepan
lo que es masturbarse. Pueden escuchar “ANIQUILADLOS A TODOS, MATADLOS, ACABAD
CON ELLOS, DESTROZADLO TODO, BARREDLOS DEL MAPA, SON UNOS CABRONES, HIJOS DE
PUTA”, pero en el momento en el que una mujer, ya sea Patata, ya sea
Sastrecilla, mantiene una disertación sobre los tamaños de los miembros
masculinos, ¡ay la que se arma!.
Lo peor, la
utilización de grandes discursos y palabras bien sonantes a la par que bonitas
para justificar unos hechos como esos. Adornos florales que enmascaran la
realidad, que confunden a las personas y las envuelven, ¿por qué será que este
tipo de individuos siempre utilizan las mismas argucias?. Discursos,
palabrería, que al final se reduce a “Yo, yo, yo, súper yo”. A Pat no le hace
falta ningún doctorado o ponencia para dar su opinión, simplemente ve el mundo
como la patata que es, un mundo lleno , repleto de miles de
variedades que se distinguen por el color de su piel, su interior, la profundidad
de sus ojos o sencillamente por las diferentes cualidades que poseen, pero en
el fondo, todos patatas, eso sí, unos tubérculos que disfrutan mucho de los
placeres terrenales. Y las palabras bonitas, el Doctorado, para el teorema de
Pitágoras, la descripción de la órbita de Plutón o, sin lugar a dudas, los
poemas de Tagore.
Lo mejor, la
diversidad de opiniones que surgen a raíz de la censura, en la variedad está el
gusto, dicen por ahí, o al menos, los soldados, dejan por un momento su rango,
dejan de ser una masa y deciden como individuos, únicos y particulares, plasmar
sus ideas, y surge el motín, la revuelta de los contrarios, una cascada de
discusiones que culmina con la escisión del grupo. Cada cual, decide con quien
prefiere estar.
¡Qué mundo
este, ellos se lo pierden, nosotros preferimos Tahití, como la tripulación del
Bounty! piensa Paty, mientras sus ojitos rosados sonríen con picardía, recordando
cómo ha conseguido llevarse al reservado, a cierto comandante rudo, retozando
en las verdes praderas internautas o en
las exóticas playas de islas informáticas.
“Di que sí Pat,
la vida está para divertirse”
Por ello, ya
es hora de levantarse. Sacude un poco las raíces que te han mantenido aferrada
a esa silla y de nuevo ponlas en marcha. Llama a Pata chula y sus patachulitas
para el sábado cenar unas pizzas, toma un café con Don Quijote mientras
discutes sobre el sexo de los ángeles, diviértete con la Sastrecilla paseando
por la playa, y duerme, todas las noches, acurrucada en los brazos del guapo,
apuesto y rudo comandante.
Los viajes, siempre resultan provechosos.
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