viernes, 16 de marzo de 2012

3. ALICIA EN LA DILIGENCIA

         Nota de la autora: A veces, hay relatos que aparecen en tu cabeza pero necesitan de cierto tiempo para ser forjados. Alicia es uno de ellos. Aunque la idea o argumento principal este claro, la trama o mejor dicho, la forma de desarrollarla, no resulta tan fácil, surge de poco en poco. Me he negado rotundamente a forzar esta historia, en el fondo, si fuerzas, no salen las cosas como quieres. Alicia se encuentra siempre guardada en mi mesita de noche esperando que un buen día como el de hoy vuelva a estar entre mis manos. El primer capítulo fue escrito a finales del año 2010, mientras que, el segundo, vio la luz al año siguiente, aunque hayan llegado a  Antiopia al mismo tiempo. Para aquella persona que desee leer o releer (releer sería algo absolutamente genial) como comenzó todo:
Espero disfrutes de su lectura tanto como yo mientras redactaba. 
Ojalá.

Abrió la puerta de la habitación, estaban desnudos y entrelazados sobre la cama, levantaron sus cabezas sorprendidos ante la invasión de aquella intimidad y sin perder un ápice de aquella elegancia y compostura que le caracterizaba dijo: 
  
       - Tendrás que escoger entre una de nosotras de una vez, esta situación no puede continuar.

Alicia recuerda este episodio mientras su mirada, vaga perdida por la ventanilla del minibús en el que hace un rato se ha montado. Aquella escena, aquel momento en el que su vida cambió y dejó de ser la Alicia del pasado para convertirse en la Alicia del ahora, la Alicia del presente. Hace ya tanto tiempo.

No quiere recordar, pues al hacerlo, vuelve la pregunta de siempre, ¿y si hubiera?.

(¿Y si hubiera… que Alicia? Y si no te hubieras levantado de aquella cama diciendo que tú no eras ningún trofeo expuesto para ser escogido…¿qué?, ¿crees que estarías con él?, vamos Alicia, despierta).

Vuelve de nuevo a sacudir su cabeza, un gesto que se ha vuelto casi innato en ella, barrer los recuerdos para meterlos debajo de la alfombra, en realidad debería dejar de barrer de una vez, el polvo no desaparece cuando lo haces, sólo cambia de lugar, haría bien en comprarse una buen aspiradora para su cabeza y así meter todos aquellas evocaciones amargas en el depósito que luego vaciaría apropiadamente en la taza del retrete.

Su viaje acaba de comenzar, un pequeño minibús donde las cinco personas que se hallaban en aquella agencia han recorrido los pocos kilómetros que la separan de una despedida familiar. Su marido, aun sin resignarse a dejarla marchar, con la esperanza de poder disuadirla en el último momento de su empeño viajero, (Quizás sospecha algo, quizás sabe que huyo. Tonterías, simplemente no quiere estar solo), los niños, han llorado cuando su madre ha subido en el autobús de juguete. Alicia sonríe al recordarlo, siempre hacen lo mismo, lloran y lloran, unas lágrimas inmensas recorren sus tiernas caritas, lágrimas de cocodrilo que llamaba su madre cuando era la propia Alicia la derramadora de semejante chorro salado. Suplican que no te marches, haciéndote sentir como una perra traidora, para que, pasados unos minutos y ya fuera del alcance de sus ojos, llames por teléfono para conocer su estado emocional y te digan que corren como locos tras un cachorro de dálmata que ha aparecido en el parque, o han encontrado un tesoro en la arena, o están pidiendo un helado, cualquier cosa, memoria pez para la marcha de su madre. Tierna inocencia la de los niños y tierno egoísmo también. Alicia quiere a sus hijos, aunque como cualquier progenitor en algunos momentos recuerda a Hommer Simpson estrujando el pescuezo de Bart, bueno, en realidad, los adora.

Adorar, dichoso verbo, utilizado para definir la acción de una veneración, incluso puedes encontrar sinónimos para él cómo fanatizar. Para Alicia, sin embargo, tiene otras connotaciones, siempre ha sido un término que le ha gustado, un paso más allá del amor, amar incondicionalmente, como a sus hijos, amar incuantificablemente, como a él. (Vamos Ali, deja de mortificarte, distráete, mira a tus compañeros de viaje).

La pareja de belgas se encuentra a su lado, animados y sonrientes ante la perspectiva de un viaje sorpresa, el joven parece algo incómodo, moviéndose en su asiento constantemente, cosa que no pasa desapercibida a su acompañante que le lanza una mirada de reproche, la misma mirada que Ali vierte en sus hijos, cuando no se están quietecitos en algún lugar público y silencioso.

   - ¡Oh mademoiselle! estos jóvenes son tan inquietos, debe disculparle, es la primera vez que viajamos juntos en un autobús, creo que está acostumbrado a otro tipo de comodidades, su pequeño culo burgués no soporta el asiento de este utilitario.

Alicia sonríe pues el comentario va acompañado de un guiño, mientras el joven acompañante se hace el ofendido y refunfuña como un niño pequeño.

     - Permíteme que me presente, mi nombre es Had Van Tassel y este gruñón adorable es Tin De Maesschaleck, no le hagas caso, mi culito respingón está acostumbrado a cualquier tipo de asiento.
       - JA JA JA, yo soy, simplemente Alicia, encantada.
       - Y dinos “Simplemente Alicia”, ¿qué perspectivas tienes para este viaje?
     - ¿Perspectivas?, pues supongo que las normales ante cualquier viaje (en realidad lo que quiero es distraerme tanto que no pueda pensar en aquello que perdí y que una fotografía mal guardada me ha hecho recordar, pero esto no os lo voy a contar, estaría bueno, dos desconocidos escuchando todas mis paranoias, aunque puede que me desahogara y todo saliera, y así me quedaría tranquila, a lo mejor hasta recibía algún consejo, mira por donde ya no parece tan mala idea, bah, ¡para ya!, seguro que te toman por loca, y si no, piensa, ¿Qué opinarías tu de alguien que tras una simple frase de presentación te salta con una de estas?). ¡Alicia! ¡Vuelve!

      - Vaya, parece que dudas, quizás tus perspectivas no sean tan normales como pretendes decir.
(Creo que he estado demasiado tiempo ensimismada, ese levantamiento de cejas acompañado de una sonrisa picarona…).
      - No, no, de verdad, las normales, disfrutar, conocer personas y lugares, tranquilidad,….
      - Debe disculpar de nuevo a Had, Alicia, además de culo inquieto es un poquito chismoso.
      - ¿Chismoso? ¿yo? ¿Por querer entablar una agradable conversación?
    -  No, no, tranquilos, no me ha molestado en absoluto, ¿lleváis mucho tiempo juntos? A juzgar por vuestra forma de comportaros lo parece.
     - ¡Mira quien es ahora la chismosa!, ja, ja, ja, ja. Tranquila Ali, ¿puedo llamarte Ali?, no te alarmes, a veces resulto extrovertido en exceso a la vez que directo.

Alicia se divierte con estos dos, la verdad es que se siente tan bien que parece llevar con ellos una eternidad, (que buena pinta tiene esto). Tin era profesor de arte en la universidad de….., jubilado ya, tiene ganas de admirar in situ las bellezas medievales de un país en el que lleva viviendo unos poquitos años. Had, un loco informático dedicado a la programación, que conoció a Tin en el campus y desde entonces no se ha separado de él.

       - En realidad Ali, Tin hace este viaje para enseñarme un poquito sobre arte, piensa que soy un completo ignorante siempre sumergido en mi teclado, yo en cambio vengo para demostrarle lo sencillo que resulta tener una vida social, apenas salimos, supongo que se avergüenza de su pareja tan joven y tan poco “artística”.
        - No digas eso cariño, sabes que no es cierto.
Had es más joven, no cabe la menor duda, más joven que la propia Alicia, pero a ella eso le trae sin cuidado, con sólo una pequeña conversación ya sabe que Had se encuentra en el selecto grupo del verbo adorar. Adora a Tin, en realidad lo sabía desde aquella forma de mirar que espiaba en la agencia de viajes cuando esperaban, sólo era cuestión de comprobarlo, los que han adorado reconocen a los que adoran entre la muchedumbre.

     - Perdonad que os interrumpa pero ya que somos tan poquitos, me gustaría presentarme a mí también, el otro día apenas cruzamos un par de palabras en la agencia.
(OJOS CLAROSSSSS, de largos, infinitos dedos)

    - Por supuesto – dice Tin,- pero deberíamos incluir a nuestro otro acompañante, el número cinco, resultaría tremendamente descortés dejarle solo mientras conversamos el resto.

 Como si de las profundidades de la nada llegará, el hombre asoma la cabeza en el asiento trasero al de Alicia (El quintoelemento, aunque no se parece mucho a Mila Jovovich).

       - Discúlpenme, no quería molestar, les veía tan animados.
       - No se preocupe, venga, siéntese a mi lado.

Alicia quita su bolso y hace un sitio al caballero escondido. Parece exageradamente retraído, cosa que a Had le resulta muy divertida y bromea con él. Sonríe tímidamente, pero parece a gusto. Poco a poco obtienen datos (información sacada con un sacacorchos, los quintos elementos esconden secretos, ¿el nuestro también?), Julio Santana, contable retirado, viudo más o menos reciente que por primera vez en su vida, viaja solo, en unas vacaciones, que prácticamente se ha visto obligado a tomar, tras la insistencia de sus hijos.

Ojos claros de largos infinitos dedos, descubre como dar la vuelta a los asientos de forma que unos frente a otros conversan de una manera más agradable sin acabar con sus cuellos completamente torcidos, el mini bus parece gozar de ciertas comodidades escondidas, incluso una mesa hace acto de presencia desde el suelo colocándose en el centro y ofreciendo un aspecto de saloncito de estar muy apropiado para fomentar las conversaciones agradables, además, la intimidad es mayor cuando el habitáculo del conductor autómata se encuentra separado del resto por una pantalla transparente pero absolutamente divisoria (Que raro el Señor Conductor, no nos ha dirigido ni una sola mirada, ni una sola palabra, es como si lo único que le importara fuera llevarnos hacia un lugar…).
 
Parece que Had y Ojos claros de largos infinitos dedos, han encontrado temas afines en la informática pues se adentran en el desconocido mundo del lenguaje HTML, Alicia se pierde en la conversación (“Ojos claros de largos infinitos dedos”, no me gustó Bailando con lobos, que casualidad que precisamente, en esa tribu, hubiera una tía blanca esperando a Kevin Costner, parecía que lo hicieran a posta, pero lo que si me gustaba era como se llamaba ella “En pie con el puño en alto” eso sí es un gran nombre, aunque suena un poco comunista para ser una peli americana. Que manos tan suaves, me gustan los dedos largos, cuando se aferran a ti…. porras, ¿ya estamos otra vez con lo mismo?)

       - Y dime Alicia, ¿alguna noción de arte?
(Me ha cazado mirandole las manos, me ha cazado)
     - Ninguna en absoluto, Tin, simplemente culturilla general de andar por casa, de ahí el viaje, me gustaría aprender un poquito (bufff, ha sonado a trola total).

Tin comienza a hablar sobre castillos, historias sobre guerreros ávidos de poder, conquistadores que construyen grandes fortalezas para gloría de si mismos y perdurar por siempre su nombre. Todos escuchan entusiasmados como niños a los que se cuenta un cuento repleto de aventuras y fantasía.

La narración se ve interrumpida de pronto por los pitidos repetidos y continuados de un vehículo que parece seguirles. Alicia va hacía la ventanilla de atrás para poder ver que es lo que ocurre, un seiscientos destartalado de color amarillo con una loca al volante haciéndoles señas para que paren. El mini bus en estos momentos parece la vieja Diligencia de John Ford perseguida por una Gerónima Sioux un tanto particular, montada más bien en un jamelgo trasquilado (Vale, en esta versión tenemos, al Doctor, aunque en esta no es un borracho, la señora Malory que en realidad es el Señor Malory y está liado con Hartfield un antiguo soldado confederado y ahora jugador, y claro está, a Ringo Kid alias Ojos claros de largos infinitos dedos. Y yo, ¿quién soy yo? ¿Dallas?, la mujer de vida alegre desterrada de la ciudad donde vivía).

     - Madre mía pero si es la Bruja Avería montada en su escoba.
      - ¿Cómo?
Alicia repara en que su pensamiento no ha quedado solo en su cabeza
      - Perdón, quería decir que es la dueña de la agencia en su coche.
Ojos claros de largos infinitos dedos no para de reírse, él también veía la Bola deCristal.

El mini bus para, el conductor autómata parece haberse enterado de la situación (vaya parece que no sólo conduce) , Avería sube gesticulando y farfullando palabras ininteligibles.
      - Lo siento muchíiiiiiisimo, no saben cómo lo siento, pero hay un pequeño problema con sus reservas en el primer destino, las han cancelado, no entiendo porque, no me dan explicaciones, nos vamos a ver obligados a cambiar de planes. He preferido intentar cogerles de camino y comunicárselo, no me parecía correcto dejarles llegar hasta allí para encontrarse con semejante historia.
(Nooooo, mi viaje nooooo, no por favor, no quiero volver a casa aun, quiero seguir distrayéndome).
    - Vamos no pongan esas caras, no se preocupen, les he preparado una pequeña sorpresa para compensarles por esto, tengo un viejo amigo que me debe un favor, esta noche, dormiremos en un castillo y no en un hotelito cercano, en un castillo de verdad y puede que haya más sorpresas esperando, solo han de portarse bien, mi pequeño grupo de viajeros.

4. ÉRASE UNA VEZ ALICIA

7 comentarios:

  1. ¡Vaya, vaya! Me he topado con un proyecto que se niega a ser termiando. Esos proyectos son un poco traicioneros, a veces se cocinan tanto tiempo dentro de la cabeza que pueden llegar a quemarse. Espero no sea el caso. Deberíamos hacer una historia juntos. ¿Te parece?

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  2. Es la maldita manía de las historias, se presentan en tu cabeza cuando quieren y a veces se resisten durante mucho tiempo a ser plasmadas. Muy interesante el relato, ¿habrá fantasmas en el castillo, o solo los de la cabeza de Ali?

    Por cierto, encantadora la portada de La Reina de la Costa Negra.

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    1. Hola Rafael. Encantadora también tu Lucia y sus cuartillas, le daremos las gracias a John Cartier por haberme mostrado como llegar a Tu Habitación Oscura.

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  3. ¿Quién es la niña grande que sabe usar html?

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    1. Niña grande puede.
      HTML, bufff que mallllllllll, necesito unas clases.

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  4. Como siempre, una historia interesante y que me ha dejado enganchado...¿para cuándo el próximo capítulo? espero que sea pronto pero sin atosigar ¿eh? jeje

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    1. sin atosigar, ja ja ja ja, serás pillo John Cartier.
      Prometo centrarme, pero es que Alicia, es un poco escurridiza.

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