Había una vez, una pajita de color amarillo.
Su vida era tranquila, sosegada y alegre, todo
lo alegre que puede llegar a ser una pajita dadas las limitaciones que posee,
aunque, os sorprendería el grado de felicidad que pueden alcanzar.
Habitaba desde hacía tiempo dentro de un vaso de
cristal, junto con otras muchas pajitas de diferentes colores, esperando con
ilusión, la llegada de su momento.
Todos los días decía adiós a alguna de sus
compañeras, anhelando cuándo le tocaría
a ella, despedidas agradables y divertidas, pues, las pajitas, tienen un fin en
este mundo que quieren alcanzar, sintiéndose felices cuando lo logran, además
de ser un poquito lelas y vivir en los mundos de yupi.
Un buen día, mientras todas las pajitas de aquel
mundo vasodecristal esperaban impacientes y las manos comenzaban a surgir, una
de ellas, escogió a nuestra amiga.
- Adiós queridas compañeras, por fin ha llegado mi
momento, prometo no defraudaros, cumpliré con nuestro objetivo - decía mientras
ascendía, gloriosa y dichosa.
¡Qué felicidad! ¡Qué alegría sin igual!, la mano
era suave, tersa, y con sumo cuidado trataba a nuestra amiga, ya he comentado
que las pajitas son un poquito….. empalagosas, merengues, tipo…. Fresita.
Poco a poco, la mano, introdujo la parte
superior de nuestra pajita en una caverna oscura, sin embargo, el lugar
resultaba cálido y agradable. Recordó lo que sus antiguas compañeras relataban, la
leyenda que existía en el mundo vasodecristal de las pajitas. Leyenda, ya que
ninguna pajita había vuelto para verificar si era cierta, así que esperó nerviosa
y expectante a que algo frio recorriera el interior de su delgado cuerpo.
Pero ¡OH! ¡OH!, aquello no llegaba. En su
lugar, notaba un movimiento dentro de la caverna, provocado por un extraño
apéndice, húmedo y calentito, que la sumía en un suave vaivén. Dentro, fuera,
dentro, fuera y….. una vuelta, dentro, fuera, dentro, fuera y…otra vuelta. ¡Qué
mareo, más rico, ummmmm!, nuestra querida amiga experimentaba sensaciones
nuevas y su cuerpo respondía con firmeza y erguimiento.
De pronto, ¡SORPRESA!, su parte inferior se
encontraba en el interior de otra caverna. ¡Menudo susto!
Pobre pajita, alucinada y sin saber cómo sentir.
La leyenda no contaba nada de esto, ¿Qué debía hacer? , vaya
problemón, la
situación no tenía nada que ver con lo que circulaba en el mundo vasodecristal de
las pajitas y debía disfrutar de la función que estaba realizando. ¿Pero cómo?,
¿si la nueva caverna parecía iba a devorarla?, aunque, pensándolo bien, tras el
susto, la sensación no resultaba para nada espantosa. No, no ,no, todo lo
contrario.
Mientras el apéndice de la primera caverna
continuaba jugueteando con su parte superior, el resto de su cuerpo a marchas
forzadas se introducía retorciéndose en el interior de la nueva. Hasta que por
fin, las dos cavernas se unieron, momento en el cual, la pajita, pasó a mejor
vida, envuelta entre dos apéndices, húmedos, calentitos y suaves, que retozaban
con ella al unísono.
-
Hola pajita amarilla, ¿Cómo te ha ido?
-
Pues no sé pajita roja y ¿a ti?
-
Bueno, la verdad, no ha sido tan emocionante como
esperaba, te cogen, te meten en algo helado y húmedo, notas como asciende por
tu cuerpo, pasas un frio de la leche y luego, ya ves, aquí, en el suelo, pero
que te voy a contar, si a ti te ha pasado lo mismo, estos humanos no son tan entretenidos.
-
Sí,si, lo mismito,. que me vas a contar, no me he
divertido nada de nada, pero si no te importa, voy a dormir un ratito, estoy
tremendamente cansada.
“¿Cansada?,
¿dormir?”- pensó la pajita roja- “¿qué narices querrá decir eso? Seguro que es
alguna leyenda del mundo suelo de las pajitas, como soy nueva aquí”.
Si las pajitas
amarillas hablaran……….., aunque, también puedes hacerlo con una roja, incluso
con esas negras y muy muy largas que ponen en algunos locales de moda para
darles un toque más chic. La cuestión, es que la pajita, sea del color que sea,
caiga en manos de un humano con imaginación.
Maldita sea, beberé directo de la botella por toda una semana...
ResponderEliminarPero Asura, si tu precisamente eres un humano con imaginación.
EliminarSí; pero en la mayoría de los casos mi imaginación es demasiado cochambrosa
ResponderEliminarBea: Pues entonces lo dejaremos en manos de tu pericia con cierto apendice, húmedo y calentito que tenemos en nuestras cavernas, JA JA JA JA.
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