EL EXPLORADOR Y LA SIRENA
COSAS QUE NUNCA HICISTE PERO SIEMPRE IMAGINASTE
Si la
peluquería cerraba a las ocho, debería llegar como muy tarde a eso de las seis.
Considerando
todo lo que quería hacer, en dos horas calculaba me daría tiempo a estar lista,
teñir, lavar, peinar,….
Era una
pequeño negocio de barrio, regentado por una mujer llegada a los cuarenta que
hacía las veces de jefa, pinche y todo lo que allí hiciera falta, así que no
tuve problemas en conseguir hora, la clientela en estos momentos no abunda en
demasía y menos un lunes por la tarde.
A las ocho
en punto preparada para salir de allí, ni un minuto más ni un minuto menos.
Cuando
llegué, me esperaba con una agradable sonrisa y un Buenas Tardes lo
suficientemente acogedor. Me sentó, me enfundó esa especie de inmenso babero
que te ponen en las peluquerías, comenzó su trabajo, y por supuesto, la
conversación.
-Qué tiempo
este, tan pronto frio como calor.
-Sí, es
verdad.
-¿Eres nueva
en el barrio?, no te había visto nunca.
-Hace poco
que me he mudado.
-¿Y te haces
al sitio? Siempre he pensado que los barrios son los mejores lugares para vivir
en una gran ciudad.
-Bueno, no
lo sé.
-Si mujer,
aunque nos conozcamos todos y sepamos vida y milagros de cada uno, tiene
también su lado bueno, puedes contar con el vecino siempre que quieras.
Siete menos
veinticinco. Parecía una buena mujer, entregada a su trabajo, intentando
agradar a una posible nueva clienta, que no tenía muchas ganas de conversar y
que miraba constantemente un reloj. Pero como buena peluquera estaba, informada
de cualquier tema de actualidad, y conseguía encontrar aquel en el que
estuvieras interesada para poder mantener una charla agradable.
-No te
preocupes que a las ocho en punto terminamos.
Siete y
cuarto. Miraba demasiadas veces el dichoso reloj, me estaba poniendo nerviosa,
el tiempo pasaba y no sabía si mis cálculos habían sido lo suficientemente
exactos. Todo dependía de la pericia de aquella peluquera.
-¿Y cómo es
que decidiste mudarte?, ¿Has encontrado trabajo por aquí cerca?
-¿Trabajo?, sí claro, tengo un trabajo pendiente y
necesitaba venir más cerca para poder terminarlo.
-Entiendo,
entonces estas de paso, durante un tiempo, hasta finalizar el contrato. ¿A qué
te dedicas?
-Soy….
cobradora de deudas.
-Increíble!!!!
Nunca había conocido a alguien que se dedicara a eso, supongo que es más
divertido visto desde fuera, ya sabes, el cobrador del frac y cosas de ese
tipo. ¿Tienes algún uniforme especial?
Ocho menos
veinte y ya me había secado prácticamente la cabeza entera. Era rápida aquella
peluquera. Tenía que acabar a las ocho en punto, ni un minuto más ni un minuto
menos.
-¿Podrías
maquillarme un poco?, sé que no te lo había comentado pero como tengo tiempo
hasta las ocho.
-Por
supuesto, sin ningún problema, ¿has quedado con alguien, verdad?
-Sí, bueno,
algo parecido.
-Citas, hace
tanto tiempo que no tengo una que ya ni me acuerdo de lo que eran, llevo ya
años casada, y tú, ¿Estas casada?
-No
Ocho menos
cinco. Fantástico, mi cabellera resplandeciente, unos pequeños retoques en los
labios y minutos suficientes para sacar mi cartera, pagar y emprender el camino
hacia la puerta.
Ding Dong,
Ding Dong,….., las ocho en punto, primer paso hacia la salida.
Como todos
los días se abre la puerta de la peluquería, a la misma hora, de lunes a
sábado, puntual y perfecto, el marido de la peluquera.
La voz de su
mujer suena en mi espalda.
-Cariño,
como mires a la gente con esa cara de susto, vas a espantarme toda la
clientela.
Conocí a
Chucky en un basurero municipal……….
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